viernes, 2 de junio de 2017

Nuestro alazán imaginario

Con las cuentas de un collar
marco los días para tu llegada
como la tarde que
nos hundimos en la nieve
de un ataque de risa
en un bosque noruego
y después,
criollitos,
tomamos mate amargo
y comimos havannetes
de chocolate blanco,
montañas de dulce de leche,
dejando huella
de nuestro paisaje
de cordillera, pampa y barro
en Escandinavia,
y volvimos a casa
en un alazán imaginario.

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